Peña de Arias Montano
Como introduje en el anterior capítulo, llegamos a la Sierra de Aracena, en Huelva y ya cerca de Portugal, con los últimos rayos del Sol. Dado que circulábamos hacia el oeste, la puesta de Sol se hizo más larga de lo habitual, y tanto fue así que decidimos parar el coche para inmortalizar la imagen.
El hotel, un conjunto de bungalows de madera muy bien equipados, se encontraba en medio de la Sierra, en plena naturaleza, entre alcornocales en los que pastaban cerdos ibéricos y ovejas, y por el que discurría un riachuelo. El lugar ideal para desconectar del mundo, ya que incluso no había cobertura de las dos principales compañías de telefonía móvil. Tan libre de contaminación estaba aquel lugar que por la noche nunca había visto tantas estrellas sin necesidad de instrumentos ópticos. Millones y millones de ellas cubrían nuestras cabezas.
El siguiente día lo dedicamos a recorrer lo más significativo de la zona. En Cortegana visitamos el castillo, que estaba un poco "patas arriba" debido a que la noche anterior había finalizado la famosa fiesta medieval de la población. Almonaster la Real la recorrimos para subir al castillo, del que apenas queda una pequeña mezquita medieval muy bien conservada. De camino a Alájar cruzamos grandes extensiones de alcornoques a los que recientemente habían desprovisto de sus cortezas, y daban al paisaje un curioso tono anaranjado.
De Alájar sólo subimos a la Peña de Arias Montano, donde se disfruta de unas magníficas vistas de la Sierra, y nosotros particularmente disfrutamos de la sabrosa gastronomía local en el restaurante que hay allí mismo, que lejos de ser el típico restaurante pensado para turistas, nos sorprendió con una cocina de calidad y muy creativa.
Finalizamos la jornada con la obligada visita a Aracena, y la Gruta de las Maravillas, que vale la pena ver. De vuelta al hotel pudimos contemplar de cerca un grupo de cerdos que comían bellotas a orillas del polvoriento camino. A destacar también el restaurante del hotel, donde cenamos muy bien las 2 noches que estuvimos.
Aquí podeis ver mis mejores fotos de la Sierra de Aracena.
2 comentarios:
Precioso el reportaje de la Sierra de Aracena, un lugar ídilico y poco conocido con sus pueblos entre bosques de alcornoques y castaños.
HAY ARTE .una Torremolinense.BRAVO
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