Balcones de Marbella
Tras varios días de trote por media Andalucía, esta vez nos lo tomamos en plan más relajado: por la mañana piscinita, sin madrugar, y por la tarde de paseo. Y el paseo fue por Marbella mismo, pero no por la que me imaginaba, de apartamentos, hoteles... no, esa Marbella no, sino la de las casas encaladas y los balcones floridos.
Ciertamente me causó muy grata impresión pasear por esas callejuelas tan auténticas. A pesar de que toda la zona centro, de alrededor del Ayuntamiento, está enfocada al comercio turístico, el barrio en sí mantiene su encanto. Me recordó las calles del barrio judío de Córdoba. Y ver esa belleza y esa alegría andaluzas por las calles aumentaba mi enojo al recordar lo que ha hecho una pandilla de corruptos gobernantes al pueblo marbellí.
Repito que vale la pena pasear por esas calles y observar todos los rincones, que seguro tienen un detalle a recordar.
Tras el paseo fuimos a otra zona de la Costa del Sol donde también hay mucho ambiente: el puerto de Benalmádena. Particularmente no me gustó. Aquello es un exceso, es masivo. Montones de restaurantes unos pegados a otros, tiendas, bares, terrazas, discotecas... Está todo bien montado, y uno allí ni se aburre ni se muere de hambre, pero hay otras maneras de pasar el tiempo que me satisfacen más.
En fín, poco más que explicar de un día más tranquilo. Hasta la próxima entrega.
Aquí podeis ver mis mejores fotos de Marbella, y aquí la única de Benalmádena.
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